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El color de tu casa influye en tu estado de ánimo.

La decoración es todo un arte. En cierto modo, la disposición de nuestro hogar influye en nuestro bienestar. No se trata, pues, de llenar la casa con objetos sin ton ni son. Si no de hacerlo de una forma armónica y con buen gusto. Como si estuviéramos tocando una melodía. En esto de la decoración, el color tiene un papel crucial. No solo hará que nuestra casa luzca más bonita, sino que contribuirá a que nos encontremos cómodos y relajados cuando estemos en ella.

Nuestra casa puede ser nuestro oasis o nuestra tumba. Puede cargarnos de energía y recuperarnos de la ajetreada jornada diaria o terminar por hundirnos. En eso influyen los colores. Sabemos que una casa de paredes blancas bien iluminada nos carga de energía. Una con las paredes oscuras terminan por succionárnoslas. Otros colores, como el rojo, pueden resultar excitantes.

Para aplicarle color al interior de nuestra casa tenemos dos opciones. O cambiar el color de las paredes, u homogeneizar el color de los muebles y complementos. Los interioristas coinciden en que una estancia debe tener una paleta de colores limitada y armónica. Esto significa que debe haber pocos colores en la habitación y que estos deben combinar entre sí con un juego de tonos.

Esto a veces es complicado. Para conseguirlo se requiere la intervención humana.  Tanto si nos decidimos a pintar las paredes, como a cambiar el color de algún mueble para que no desentone, los expertos de De Color, una empresa de Albacete con más de 37 años fabricando y distribuyendo pinturas para paredes y todo tipo de materiales, señalan que hoy por hoy, en el mercado, se puede encontrar cualquier color que necesitemos.

Pero no nos precipitemos. Antes de cambiar el color de nuestro hogar, vale la pena que valoremos algunas consideraciones.

Los efectos de los colores.

Los colores inciden sobre nuestro estado de ánimo. La revista Mejor con Salud nos habla de la cromo-terapia. Un método terapéutico que utiliza el color para influir en la psique humana. Modificando de esta manera, los efectos de ciertas alteraciones mentales y emocionales e influyendo en el bienestar de la persona.

Y es que, como hemos señalado antes, el color influye en el estado de ánimo. Está comprobado. Esta es la reacción que suele despertar en nosotros algunos colores:

  1.  Azul Tranquilidad y calma. El azul suele asociarse con la serenidad y la paz. Este color puede tener un efecto calmante en la mente, reduciendo el estrés y fomentando la relajación.
  2. Rojo Energía y pasión. El rojo es un color vibrante que evoca emociones fuertes. Puede aumentar la energía y la vitalidad, así como despertar sentimientos apasionados y de excitación.
  3. Verde Frescura y renovación. Asociado con la naturaleza, el verde transmite sensaciones de frescura y renovación. Este color puede tener un efecto calmante y rejuvenecedor en la mente.
  4. Amarillo Felicidad y optimismo. El amarillo es un color brillante que tiende a inspirar alegría y optimismo. Puede estimular la mente y aumentar el estado de ánimo.
  5. Morado Creatividad y misterio. El morado es un color asociado con la creatividad y la espiritualidad. Puede tener un efecto calmante, al tiempo que inspira pensamientos profundos y creativos.
  6. Naranja Energía positiva y vitalidad. El naranja es un color cálido que transmite energía positiva y vitalidad. Puede estimular la mente y generar entusiasmo.
  7. Gris Neutralidad y equilibrio. Aunque a menudo se percibe como un color neutral, el gris puede tener un efecto calmante y equilibrado. Puede inducir una sensación de estabilidad y sofisticación.

 Propuesta de decoración.

En la decoración actual han cogido fuerza ciertos estilos como el minimalismo. Que se basa, entre otras cosas, en dejar las paredes blancas y despejadas, y aportar el toque color a la habitación por medio de muebles y complementos que suelen estar combinados en uno o unos pocos colores, aplicando diferentes niveles de intensidad por medio de las tonalidades.

Dejar las paredes blancas tiene una razón de ser. El blanco es un perfecto refractor de la luz natural, dispersándola por toda la estancia y creando una sensación de amplitud superior a la real. Por otro lado, el blanco es sinónimo de orden y de limpieza. Contribuye a ordenar nuestra mente y a apaciguarla.

Con este enfoque se consigue recrear espacios acogedores que nos hacen sentirnos bien cuando los ocupamos. La revista de decoración Interiores nos presenta en un artículo algunos ejemplos.

Una propuesta interesante es combinar el blanco de las paredes con tenues toques de azul claro que rememora recuerdos de tardes de verano sentados en una terraza junto al mar Mediterráneo. Una idea adecuada para un dormitorio. En este caso, dejaremos las paredes blancas, casi desnudas, a penas cubiertas por un par de cuadros con fondo blanco que actúan como falsas ventanas. El armario, la cama y la mesita la pondremos de madera con un tono de nogal o pino y aportaremos el color con la ropa de cama. Buscando tonos azules, pero sin recargarlos demasiado. La decoración actúa en nosotros disparando gatillos de nuestra memoria. Recordándonos aquellas vacaciones al lado del mar en la que fuimos tan felices.

Un recurso impactante es utilizar los contrastes. Dejar la habitación todo lo blanco que podamos, y romper la uniformidad con algún color intenso como el rojo, el verde o el negro. Materializado en unos pocos complementos colocados estratégicamente. Estos pueden ser el cabecero de la cama, las dos mesitas o un cuadro que colguemos en la pared. Los elementos de color deben ser pocos, pero bien colocados. De esta forma estimularemos los sentidos, pero no sobreexcitaremos la vista.

Consejos para cambiar el color de las paredes.

El recurso más sencillo para aplicar color en nuestro hogar es repintar las paredes de la casa. Es lo que solían hacer nuestras madres, pero a mi juicio, no es lo más recomendable. De todos modos, si esta es la decisión que has tomado, aquí te dejo algunos consejos para que los tengas en cuenta.

  • Selecciona colores cálidos:

Opta por colores cálidos como tonos suaves de beige, amarillo o terracota. Estos colores crean una atmósfera acogedora y añaden calidez a la habitación. Evita tonos demasiado fríos, ya que pueden generar una sensación de frialdad.

  • Juega con la iluminación:

La iluminación adecuada puede transformar la percepción de los colores en una habitación. Combina luces ambientales con fuentes de luz natural para resaltar los matices de la pintura. Las lámparas con luz tenue pueden crear una sensación acogedora durante las noches.

  • Utiliza pinturas con acabados texturizados:

Las pinturas con acabados texturizados, como el efecto lino o la pintura lavable, añaden dimensión a las paredes y generan una sensación táctil. Estos acabados suelen crear una atmósfera más acogedora y visualmente interesante en comparación con las paredes planas.

  • Añade detalles decorativos:

Por último, introduce elementos decorativos que complementen los colores de las paredes, como cortinas, cojines o cuadros. Estos detalles pueden aportar calidez y personalidad a la habitación, convirtiéndola en un espacio más agradable. Además, considera incorporar elementos naturales como plantas para agregar frescura y vida al ambiente.

Consejos para cambiar el color de los muebles.

La otra opción que tenemos es la de aportar el color a la habitación por medio de los muebles y complementos. Recuerda que en decoración menos es más y que no conviene tener los espacios demasiado recargados, no es bueno para nuestro equilibrio emocional.

En este diseño que hemos planificado puede ser que algunos muebles desentonen con el conjunto debido a su estado o color. Si puedes, plantéate restaurarlos y pintarlos. Es una forma de darles una nueva vida. Si te has decidido a hacerlo, te propongo algunos consejos.

  • Preparación adecuada del mueble.

Antes de comenzar a pintar, asegúrate de preparar el mueble adecuadamente. Limpia la superficie para eliminar polvo y grasa, y lija ligeramente para crear una textura que facilite la adherencia de la pintura. Si el mueble tiene barniz o pintura antigua, es recomendable retirar o lijar la capa superficial para lograr un mejor acabado.

  • Selección de colores coordinados:

Escoge un color que se integre armoniosamente con la nueva decoración de la habitación. Puedes optar por tonos que complementen los colores existentes o elegir una paleta que refleje el estilo general de la habitación. La elección de colores coordinados contribuirá a una transición fluida entre el mueble y el resto de la decoración.

  • Utiliza pintura de calidad:

Utiliza pinturas de buena calidad para asegurar un acabado duradero y atractivo. Considera la aplicación de imprimación antes de la capa de pintura para mejorar la adherencia y lograr un acabado más uniforme. Aplica la pintura en capas delgadas para evitar goteos y asegurarte de que cada capa se seque completamente antes de aplicar la siguiente. Este enfoque meticuloso garantizará un resultado final, profesional y atractivo.

Recuerda que cuando decores tu casa no debes pensar solo en que quede bonita. Ante todo, te debe resultar cómoda y acogedora. Después de todo, las casas son para vivirlas, y lo colores, para disfrutarlos.

 

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