En la actualidad cada vez más mujeres deciden trabajar en la vigilancia. Hace unos años el porcentaje era de un 8%, pero la cifra se ha ido incrementando hasta llegar al 13%, lo que supone unas 10.000 mujeres profesionales en este sector.
Aunque en algunas empresas aún exista el llamado «techo de cristal», es decir, que no permiten que las mujeres alcancen puestos directivos.
Maricarmen Graña Aguilar lleva diecisiete años trabajando en el sector de la seguridad. Muchas veces ha escuchado: «¿Qué hace una mujer trabajando de seguridad en el mundo de la noche?».
«Llevo diecisiete años en esto, así que estoy acostumbrada ya a esos comentarios, hago oídos sordos», reconoce Graña.
Maricarmen estudió un curso formativo para mujeres en situación de desempleo. «Hicieron un cursillo especial para mujeres, un plan del INEM en Ferrol para ayudar a que las mujeres se adentren en este sector. Me iba a apuntar al paro, lo vi, me inscribí, y me salió perfecto», explica.
Pero también tiene que utilizar la fuerza. «En Reganosa, cuando iban a entregar la obra, estaba trabajando de vigilante. Me intentaron atacar y tuve que usar defensa. Y en la noche siempre hay ocasiones en las que te intentan empujar o acciones así y tienes que imponerte para mantener distancia», aclara.
«Ya es raro decirlo, pero siempre me encontré con compañeros que me respaldan», agradece Maricarmen.
Ella destaca la valía de la mujer en este trabajo sin importar el género. «Yo lo vi siempre así, pero tuve que luchar contra la barrera de ser una mujer vigilante de seguridad», reconoce.
Lanza un mensajes para otras mujeres que estén pensando en acceder a este sector. «Que se lancen porque hay trabajo, y sobre todo de mujeres y en labores como los cacheos», añade.
En este sector no existen desigualdades salariales entre hombres y mujeres. Desde SIG, expertos en mobiliario técnico para salas de control de seguridad, explican que las mujeres que trabajan en seguridad pueden aportar las siguientes ventajas:
-Pueden facilitar la detención y el cacheo de otras mujeres.
-Suelen negociar de forma más tranquila.
– Pueden llevar la situación bajo control con buenos resultados.
-Son muy buenas comunicadoras.
Todos los hombres y mujeres que quieran trabajar en esta profesión deben prepararse en centros de formación autorizados y superar las pruebas de selección.
Los cursos de formación para vigilantes de seguridad constan de un mínimo de 180 horas, con módulos de formación teórica y práctica. El temario incluye los aspectos jurídicos, medios de protección y armamento, defensa personal, etc.
Es necesario superar las pruebas de selección que convoca la Secretaría de Estado de Seguridad, de forma periódica en varias convocatorias anuales.
“La seguridad privada es un sector en aumenta y ello implica la generación de empleo en las zonas donde hay un mayor desarrollo de actividades”, informan desde el diario ABC.
Es una profesión que siempre tendrá una gran estabilidad laboral y un sueldo fijo mensual. Este profesional puede trabajar en aeropuertos, centros comerciales, instalaciones nucleares, eventos deportivos, centros hospitalarios…
El salario depende para la empresa que se trabaje, aunque estos profesionales tienen un buen sueldo, ya que hace dos años el salario rondaba los 1.300€.
Este profesional debe saber trabajar en equipo y analizar la situación a la que se enfrenta. Es muy importante contar con buenas habilidades comunicativas, es decir, saber dialogar, transmitir calma en situaciones de tensión e interactuar con otras personas de manera efectiva.
Es muy importante la formación en el campo de la seguridad, porque debe conocer las nuevas tecnologías, los avances y los cambios en el trabajo.
Las empresas integran las nuevas tecnologías en la seguridad como la geolocalización indoor, para que los vigilantes de seguridad pueden alertar más rápidamente de las incidencias.
Con las cámaras unipersonales y portátiles que tienen los vigilantes, pueden ofrecer las pruebas de sus actuaciones. También trabajan en las salas de control para resolver todas las incidencias.
Para estas salas de control es importante escoger un buen mobiliario técnico. Los vigilantes deben utilizar una silla con ajustes de altura para encontrar comodidad en sus puestos de trabajo.
En la sala de control no puede faltar un sistema de ventilación, para evitar que el equipo tecnológico se caliente. También es importante una buena iluminación, para que los empleados puedan ver todos los controles y pantallas sin fatiga visual.
Se recomienda las pantallas antiparpadeo y la iluminación debe ser uniforme en toda la sala para evitar reflejos en las pantallas, ya que hay vigilantes que trabajan de noche.
También es buena idea apostar por los muebles que tengan iluminación incorporada o que se puedan equipar con iluminación adicional.