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Mujer feliz

Cuando la depresión no se ve en la cara

Vivimos en un mundo cada vez más consciente de los problemas de salud mental. En redes sociales y medios de comunicación, se habla mucho más de la depresión y de cómo las personas que la sufren no siempre lo muestran de manera evidente. De hecho, es común ver a alguien que parece feliz, con una vida «perfecta», pero que está librando una batalla silenciosa. Esto no siempre fue tan conocido; hace unos años, la depresión era algo mucho más estigmatizado y desconocido.

Sin embargo, esa visión más informada de la depresión no significa que sea fácil de entender. Hay quienes lo llevan por dentro y, aun así, mantienen una apariencia «normal» ante los demás. Esto puede deberse a factores sociales, psicológicos e incluso biológicos. Algunos lo ocultan por miedo al juicio de los demás; otros porque ni siquiera tienen las herramientas para reconocer su propio dolor. Y, lamentablemente, esto puede tener consecuencias graves si no se aborda de manera adecuada.

 

¿Por qué algunas personas ocultan su depresión?

La forma en que las personas viven y muestran su depresión puede variar mucho. Algunas personas se sienten cómodas compartiendo su lucha, mientras que otras se encierran en sí mismas. Las razones para esto pueden incluir:

  1. Miedo al estigma: A pesar de los avances, muchos temen que admitir que tienen depresión los haga parecer «débiles» o «incapaces» ante los demás.
  2. Presión social: En nuestra sociedad, estar bien y ser productivo es casi una obligación. Mostrarse vulnerable puede ser percibido como un «fallo».
  3. Falta de conciencia: Hay personas que no saben que lo que están sintiendo es depresión. Piensan que están simplemente tristes o que «eso pasará».
  4. Habilidades de afrontamiento: Algunas personas aprenden a ocultar su dolor para protegerse. Lo disfrazan con una sonrisa o actitudes positivas, aunque por dentro se sientan completamente agotadas.

Ocultar la depresión puede ser muy peligroso. Al no hablar de ello, la persona no buscará ayuda y el problema puede agravarse hasta convertirse en una condición incapacitante o, en los peores casos, derivar en pensamientos suicidas. Es importante entender que pedir ayuda no es signo de debilidad, sino de valentía.

 

La depresión es un problema serio de salud

Según los psicólogos y psicólogas de TerapiasPsi, una reconocida clínica de Barcelona, la depresión es una enfermedad mucho más seria de lo que la mayoría de las personas cree. En nuestra sociedad, este problema aún está muy subestimado. A menudo, las personas reaccionan de manera inapropiada debido al desconocimiento:

-Invalidan el problema: Algunas personas creen que la depresión se puede «superar» simplemente con cambiar de actitud o «ponerse las pilas». Este tipo de comentarios no solo son completamente falsos, sino también muy perjudiciales para las personas que la sufren.

-Está loca: Existe la idea de que ir al psicólogo o buscar ayuda profesional es una señal de que alguien «no está bien de la cabeza». Este prejuicio provoca que muchas personas prefieran ocultar su problema antes que buscar tratamiento. Muchas personas no tienen la suerte de tener a personas comprensivas y sabias a su alrededor y sufren las consecuencias.

-Negación interna: Las propias víctimas de la depresión a menudo tratan de convencerse de que están bien y de que esos malos momentos pasarán. Disfrazan su dolor con una sonrisa, pero esto solo aplaza el momento de buscar ayuda.

Esta última actitud está motivada por la naturaleza misma de algunas depresiones. Muchas veces las personas experimentan picos de depresión alternados con picos de alegría, lo que los lleva directamente a pensar que son estados de ánimo pasajeros y que algún día ya no volverán.

La realidad es que la depresión no es solo un estado de ánimo pasajero ni algo que una persona pueda decidir superar por su cuenta. Es una condición médica que afecta tanto a la mente como al cuerpo.

Según datos recientes, la depresión es responsable de cerca del 30% de los casos de suicidio anuales en España. Y aunque es una enfermedad tratable, a menudo no se le da la seriedad que merece.

 

¿Cómo se mide la depresión?

Una de las razones por las que muchas personas no toman en serio la depresión es porque no siempre se comprende que tiene una base fisiológica. La depresión puede medirse y diagnosticarse mediante pruebas específicas, como pasa con otras enfermedades:

  • Análisis de neurotransmisores: Los niveles anormales de serotonina, dopamina y noradrenalina están relacionados con la depresión.
  • Estudios de cortisol: Las personas con depresión suelen tener niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés.
  • Pruebas de neuroimagen: Estudios como resonancias magnéticas han mostrado cambios en la actividad de ciertas áreas del cerebro en personas con depresión.

Pero, aunque estas herramientas ayudan a entender mejor la enfermedad, el tratamiento de la depresión no se limita a medicamentos. Requiere una combinación de enfoques.

El tratamiento de la depresión combina distintas estrategias:

  • Terapia psicológica: La terapia cognitivo-conductual (TCC) es una de las más efectivas. Ayuda a identificar patrones de pensamientos negativos ya reemplazarlos por formas más saludables de afrontar las situaciones.
  • Medicamentos: Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), regulan los desequilibrios químicos en el cerebro que contribuyen a la depresión.
  • Ejercicio físico: Está demostrado que el ejercicio regular aumenta los niveles de endorfinas, mejorando el estado de ánimo.
  • Cambios en el estilo de vida: Dormir bien, mantener una alimentación equilibrada y reducir el estrés son aspectos clave para la recuperación.

Cada caso es único, por lo que el tratamiento debe adaptarse a las necesidades específicas de cada persona.

 

Niveles de depresión

La depresión puede clasificarse en distintos niveles:

  1. Leve: Afecta ligeramente la vida diaria, pero la persona puede seguir funcionando con cierta normalidad.
  2. Moderada: Los síntomas son más intensos y empiezan a interferir significativamente en las actividades cotidianas.
  3. Severa: La persona puede experimentar pensamientos suicidas, incapacidad para realizar tareas básicas y una sensación constante de desesperanza.

Entender estos niveles ayuda a determinar el enfoque terapéutico adecuado y la urgencia de la intervención.

 

¿Cómo ayudar a un ser querido con depresión?

Si sospechas que alguien cercano tiene depresión, hay varias formas de apoyarlo:

1º Escucha sin juzgar: A veces, lo único que necesita una persona es alguien dispuesto a escuchar. No minimices sus sentimientos ni intentes «arreglarlos», simplemente sé un apoyo. A veces, la mejor ayuda es estar ahí, sin prisa de ofrecer soluciones.

2º Infórmate: Aprender sobre la depresión te ayudará a comprender mejor por lo que está pasando y evitar malentendidos. Conocer los síntomas y las emociones comunes puede darte más herramientas para brindar apoyo.

3º Anímale a buscar ayuda profesional: Muchas personas con depresión no dan este paso por miedo o vergüenza. Puedes recomendarle que veas a un profesional y recomendarle que te acompañe si lo necesitas. A veces, la simple acción de acompañar puede hacer toda la diferencia.

4º Sé paciente: La recuperación lleva tiempo, y no siempre es lineal. Habrá días buenos y días malos, pero lo importante es que sepa que no está solo y que puede contar contigo en cada paso del proceso.

5º Cuida tu propio bienestar: Ayudar a alguien con depresión puede ser emocionalmente agotador. Asegúrate de cuidar tu salud mental también, porque solo si te cuidas a ti mismo podrás ofrecer el apoyo adecuado.

*Lo que no debes hacer nunca:

Aunque es importante apoyar a un ser querido con depresión, también hay cosas que debemos evitar hacer, ya que pueden empeorar la situación o hacer que se sientan más aislados.

-No minimices sus sentimientos: Es común querer decir cosas como «No te preocupes, todo va a mejorar» o «Lo tienes todo para ser feliz». Estas frases, aunque bienintencionadas, pueden hacer que la persona se sienta incomprendida o que sus emociones no sean válidas. Es esencial validar lo que están sintiendo, aunque no lo entendamos completamente.

-No des consejos no solicitados: La depresión no se cura con frases como “solo piensa positivo” o “sal de tu zona de confort”. Estos consejos pueden sentirse como un juicio o como si la persona estuviera haciendo algo mal. Mejor, ofrécele tu apoyo sin intentar cambiar su estado de ánimo.

-No la presiones para «salir de la cama»: Es común que las personas con depresión se queden en la cama o pierdan el interés en cosas que antes disfrutaban. En lugar de presionar, intenta ser comprensivo y darle tiempo.

No ignora el problema: La depresión no se va por sí sola. Evitar hablar de ello o esperar que pase por sí sola puede hacer que la persona se sienta más sola. Abordar el tema con empatía es clave para que la persona busque ayuda.

Recuerda que, aunque quieras ayudar, lo más importante es ser respetuoso y paciente con el proceso de recuperación.

La depresión no es algo que pueda ignorarse o solucionarse con consejos simples. Es una enfermedad seria que requiere comprensión, apoyo y tratamiento adecuado. Si estás pasando por esto o conoces a alguien que lo está, recuerda que hay salida. La ayuda está ahí. Solo hay que dar el primer paso.

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