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El pladur ya es un material casi imprescindible en las viviendas de nueva construcción

En la actualidad, el pladur se ha convertido en un elemento casi omnipresente en la construcción y reforma de viviendas. Su versatilidad, facilidad de instalación y acabado estético han hecho que prácticamente todas las casas modernas, ya sean de obra nueva o reformadas, incluyan este material en alguna parte de su estructura o diseño interior. Aunque en sus inicios se utilizaba principalmente en proyectos comerciales, su uso doméstico ha crecido de forma exponencial en las últimas décadas, hasta el punto de ser difícil encontrar un hogar reciente en el que no esté presente.

El pladur, también conocido como cartón yeso o placa de yeso laminado, consiste en una plancha de yeso recubierta por capas de celulosa especial que le aportan resistencia y facilidad de trabajo. Su composición sencilla no le resta calidad ni funcionalidad; al contrario, es precisamente su ligereza combinada con su firmeza lo que lo convierte en un recurso tan popular. Frente a la obra tradicional con ladrillo o enfoscado, el pladur permite una instalación mucho más rápida y limpia, reduciendo el tiempo de construcción y el coste de mano de obra.

Uno de los motivos principales por los que el pladur se ha generalizado es su capacidad para adaptarse a múltiples usos. Con él se pueden levantar tabiques para redistribuir espacios, crear falsos techos, revestir paredes existentes, mejorar el aislamiento térmico y acústico, o incluso fabricar muebles y estanterías empotradas. Esta adaptabilidad hace que tanto arquitectos como interioristas lo consideren un material casi imprescindible para dar forma a sus diseños. Además, su acabado liso y uniforme facilita la aplicación de pintura, papel pintado o cualquier otro revestimiento decorativo, lo que ayuda a conseguir resultados impecables en menos tiempo.

En las viviendas actuales, donde la eficiencia energética y el confort acústico son cada vez más valorados, el pladur juega un papel destacado, tal y como nos explican los comerciales de Vidroplast Cantabria, quienes nos cuentan que en la actualidad existen placas especiales con propiedades aislantes, resistentes al fuego o a la humedad, lo que amplía todavía más sus posibilidades de uso. En baños y cocinas, por ejemplo, se emplea pladur hidrófugo, diseñado para soportar ambientes húmedos sin perder integridad. En zonas de paso o paredes susceptibles a impactos, se opta por placas de mayor dureza que resisten mejor el desgaste. Así, cada tipo de pladur responde a una necesidad específica, lo que contribuye a que pueda integrarse prácticamente en cualquier parte de la casa.

Otro factor que ha favorecido su implantación masiva es el creciente interés por las reformas rápidas y limpias. Las familias buscan mejorar su hogar sin tener que afrontar obras largas, costosas y llenas de escombros. El pladur cumple con estos requisitos, pues su montaje genera menos residuos y, al ser un sistema en seco, evita tiempos de espera prolongados antes de proceder al acabado final. Incluso para pequeñas intervenciones, como ocultar cables, instalar focos empotrados o mejorar el aislamiento de una habitación, resulta una solución práctica y eficaz.

A nivel estético, el pladur ha abierto un abanico casi infinito de posibilidades, puesto que permite realizar formas curvas, crear volúmenes decorativos, integrar iluminación indirecta o construir muebles a medida que se funden con la arquitectura del espacio. Esto ha hecho que no solo sea un recurso funcional, sino también un elemento de diseño que aporta modernidad y personalización a las viviendas.

¿Qué materiales pueden sustituir al pladur?

Existen varios materiales que pueden sustituir al pladur dependiendo del uso que se le quiera dar, ya sea para levantar tabiques, revestir paredes, mejorar aislamiento o crear elementos decorativos. Algunos de los más comunes son:

  • Ladrillo macizo o hueco: la opción más tradicional. Es resistente y duradero, pero requiere obra húmeda, genera más escombros y alarga los tiempos de construcción.
  • Paneles de fibrocemento: resistentes a la humedad y al fuego, muy utilizados en exteriores o en zonas húmedas interiores.
  • Madera contrachapada o tableros OSB: aportan calidez estética y buena resistencia mecánica, aunque no siempre ofrecen el mismo acabado liso que el pladur.
  • Paneles de PVC: fáciles de limpiar, ligeros y resistentes al agua, empleados sobre todo en baños, cocinas o garajes.
  • Bloques de vidrio: permiten dividir espacios dejando pasar la luz, aunque no aportan el mismo aislamiento acústico que otros materiales.
  • Paneles de magnesita (MgO board): muy resistentes, ignífugos y resistentes a la humedad, cada vez más utilizados como alternativa ecológica al pladur.
  • Paneles sándwich aislantes: combinan varias capas (por ejemplo, metal y espuma aislante) para lograr alta eficiencia térmica y acústica, muy usados en construcciones modulares.

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