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Deshaciendose de las existencias

Todo negocio que requiera de la disposición de mercancías debe someterse continuamente a uno control del almacén donde se encuentran esas existencias. El conocido control de stock, permite al empresario o empresaria en cuestión, saber cuantas unidades de cada artículo tiene en su poder y, cuantas debe tener para satisfacer la demanda. Dentro de este proceso de distribución, hay que contar con el proceso previo de fabricación y el de venta. A su vez, algunos artículos disponen de fecha de caducidad o una línea de ventas temporal o estacional. Teniendo en cuenta estos factores, entre otros, es sencillo de entender que todos los stocks que, por razones diversas, no se venden al cliente final, han de ser retirados para poder adquirir otros productos.

Empresas como Liquistocks, tienen como finalidad adquirir esos stocks que las empresas o comercios ya no quieren o necesitan y darles una salida, vendiendo los artículos a un precio inferior al que poseían en el mercado. De esta manera, se procura evitar el desperdicio y se da una segunda oportunidad a los artículos que no han sido adquiridos. Dentro de este negocio, cada vez más al alza, cabe todo tipo de mercancía: desde productos alimentarios hasta aparatos electrónicos, aunque estos últimos, debido a su rotación, son más difíciles de encontrar.

En resumen, la liquidación de stock o existencias, es el resultado de la acción que realiza una empresa cuando decide vender una serie de artículos con la mera finalidad de deshacerse de ellos sin necesidad de obtener beneficios o pensar que supone una pérdida.

Como ya decíamos párrafos atrás, todas las empresas, se encuentran irremediablemente obligadas a poseer un cierto nivel o volumen de existencias de mercancías dentro de su inventario. Según al sector que se dedique, será necesario disponer de una mayor o menor cantidad de productos disponibles para su venta.

Para procurar mantener ese nivel de existencias, lo apropiado es disponer de un buen sistema de control que permita conocer cuales son los niveles de existencias deseados en el inventario y cuando es necesario adquirir más unidades.

Desde el punto de vista económico, los almacenes se consideran una inversión que se financia, por lo que es necesario tener pleno conocimiento de la movilidad que tienen los artículos. Siendo lo más positivo para el negocio que el nivel de existencias sea mínimo. Eso garantiza una mejor rotación y una menor pérdida en caso de que no se venda el artículo. De poco o nada vale, tener cien unidades de algo que no se vende.

Sin embargo, en algunas ocasiones, debido a la baja actividad empresarial o un menor consumo por parte de los clientes, disponer de un stock muy amplio, resulta muy poco apropiado para las empresas, en esas circunstancias, deben ingeniárselas para dar salida a todos esos productos que, en realidad, sobran.

Definiendo el concepto

Si acudimos a la RAE, liquidación no es otra cosa que la venta al por menor, con gran rebaja de precios que hace un comercio por cese, quiebra, reforma o traslado del establecimiento. Esta definición la conocemos de sobra y, de hecho, nos encanta entrar en estas tiendas cuando pone “liquidación de stock”. Entendemos al ver esos carteles que se vende todo a un precio inferior al de mercado y que se pueden encontrar verdaderas gangas en su interior.

Ahora bien, los negocios emergentes que se centran en la compra de esos stocks de excedentes, poseen un espectro de actuación más amplio. En este sentido, la liquidación de stocks, adquiere mayor dimensión y se convierte en una actividad económica que pretende ofrecer una segunda vida a esos excedentes de mercancía de los cuales las empresas o comercios, se quieren deshacer. Aquí entran los productos que no han sido vendidos, las devoluciones de los clientes, los excesos de producción y adquisición, los productos de final de serie, etc. Un gran campo de acción que permite a los compradores, adquirir grandes y diferentes lotes a coste muy reducido y venderlos por un precio inferior al del mercado, pero obteniendo beneficios.

Para organizar una liquidación de stock, hay que conocer cuales son las partes actoras. Comprender su funcionamiento es sencillo una vez se tiene clara cual es la cadena de suministro que empieza, inicialmente en el vendedor del excedente de stock.

Toda empresa, tiene que pasar en algún momento por hacer una liquidación de su excedente de stock. Principalmente, las grandes marcas, los distribuidores o retailers y las grandes superficies como hipermercados o grandes almacenes, son las encargadas de ejecutar esas liquidaciones.

En el otro lado, se encuentra el comprador de ese excedente que, suele ser por parte de los conocidos outlets que, siendo comercios físicos por igual, venden todos esos artículos a precios rebajados o muy bajos. El suministro de estos comercios, se basa en exclusiva en productos que no han sido vendidos dentro de la temporada, las devoluciones de los clientes, subastas de liquidación judicial, incautaciones en la aduana, mayoristas de liquidación de stocks y páginas de venta privada o ventas “flash”.

Puesto que todo comercio o negocio tiene sus temporadas definidas y momentos de venta más fuerte que otros, en función de la época del año o la campaña correspondiente, los momentos más proclives a la liquidación de los stocks, son los finales de temporada y las rebajas, así como los cambios de campaña. Momento crucial en el cual se producen las transacciones de excedente.

A parte de tratarse de un negocio para los que se encargan de adquirir esos excedentes y luego venderlos a precio reducido, esta acción, constituye un reto contra el desperdicio. Por ejemplo, existe en otros países como Francia, una ley que prohíbe a los supermercados de alimentación tirar o destruir los alimentos no vendidos. En nuestro país, no existe en la actualidad ninguna ley que lo regule a nivel nacional, pero las propias comunidades han tomado medidas para regular el desperdicio.

Esto se aplica finalmente a todos los sectores, puesto que, en los últimos años, la sociedad se ha ido concienciando de la huella ecológica que deja el desperdicio de productos, puesto que su fabricación ya ha sido efectuada y de no darles una salida, ese trabajo ha sido en balde y, además ha dejado residuos en el medio ambiente.

Son muchos los consumidores que apuestan, cada vez más, por adquirir marcas que se posicionan como responsables con el medioambiente y proporcionan una segunda vida a sus productos cuando no han sido vendidos.

Ventajas para todos

Verdaderamente, las empresas que se dedican a la liquidación de stocks, son una necesidad. Las ventajas a nivel económico que, ofrecen estos negocios, favorecen tanto a los que necesitan deshacerse de las existencias, como a los que las adquieren para su posterior venta y los clientes finales. La cadena, supone un beneficio a todos los niveles: menor desperdicio, minimización de la huella de carbono, menos costes…

Para las Pymes, un excedente de stock puede resultar una complicación mayor, puesto que si no se hace una liquidación del stock en la forma adecuada, puede derivar en problemas financieros y pérdida de valor. Hacer la liquidación de ese excedente en el momento adecuado, es una señal de buena inversión y salud económica para la empresa.

En este sentido, lo más adecuado es trazar una estrategia que conlleve una efectiva liquidación de stock. De tal manera que se optimice el tiempo y la venta. Para ello, hay que elegir la mejor técnica para cada situación. En función del tipo de mercancía o la cantidad de artículos, la liquidación puede efectuarse de alguna de las siguientes maneras:

  • Outlet, la manera más común para las corporaciones más grandes, como firmas o marcas.
  • Rebajas, una de las técnicas más utilizadas y de las que se valen todos los comercios.
  • Venta al exterior, algo muy útil si se pretende hacer una ampliación del negocio.
  • E-commerce para hacer ventas online de ese excedente de stock.
  • Vender los mejores productos y clasificarlos según su calidad o estado.
  • Ofrecer ese excedente a los comercios de dropshipping.

So muchos los canales de venta posibles para deshacerse de ese excedente de productos que se encuentran en el inventario de un comercio. En los últimos tiempos, la compraventa y liquidación de stock, se ha convertido en un fenómeno con mayor presencia y relevancia. Debido a esos factores mencionados que hacen hincapié en el desperdicio cero, no solo de alimentos si no de productos de todo tipo, las empresas que se encargan de esas liquidaciones, ganan terreno y hacen que los productos se vendan aunque sea sin obtener tan grandes beneficios.

Ante la perdida absoluta que supone disponer de un excedente de stock y vender esos productos a un bajo coste, esta opción es la más conveniente para las empresas que no disponen de sus propios locales de liquidación. Los más fuertes, cuentan con outlet en los que vender esos productos que no han sido adquiridos en las tiendas principales, sin embargo, el pequeño comercio, debe buscar alternativas como las rebajas o deshacerse de sus existencias, vendiéndolas a estos intermediaros en los que se han convertido los compradores de liquidaciones.

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