Como seguramente sepáis a estas alturas de la vida, no hay un deporte que sea más internacional que el fútbol. Estamos hablando del deporte rey, del que más pasiones levanta entre personas de cualquier rincón del mundo. El que siguen millones y millones de personas solo en España. El fútbol es una religión para cada día más gente porque, por suerte, ya no es algo que sea propiedad exclusiva de los hombres, tal y como sucedía hace años. Ahora, es patrimonio también de las mujeres porque el fútbol femenino tiene cada día más reputación y una mayor cantidad de seguidores y seguidoras. Sin duda, esa es siempre una buena noticia.
Teniendo en cuenta que España es un país al que ha llegado una variedad muy grande de gente en lo que va de siglo XXI, tenemos que saber que nuestro fútbol se ha ido transformando. Somos un país que ha recibido a millones de personas procedentes de Sudamérica y que han venido a España a trabajar. También han venido muchísimas personas desde Marruecos. Estas dos zonas del mundo tienen pasión por el balompié y es lógico que, cuando sus habitantes se han integrado en la sociedad española, quieran pasar a desempeñar una de las actividades que más les gustan en el interior de nuestras fronteras. Es natural y perfectamente lógico.
Hay un montón de clubes deportivos, y sobre todo de fútbol, que tienen a personas que han venido de otros países entre sus filas. Seguro que, en muchas ocasiones, habéis podido verlo cuando habéis ido a algún partido. No estamos hablando solamente de los grandes clubes de la Primera División española, sino también de equipos modestos que luchan, por ejemplo, por subir a Tercera División. Ocurre en muchas ocasiones y lleva pasando bastante tiempo. Raro es el equipo que no cuenta con una persona que tiene otra nacionalidad, ya sea sudamericana, marroquí (las que hemos mencionado), rumana, británica, china, subsahariana… las posibilidades son infinitas.
Uno de esos clubes modestos ha sido el que presido desde hace algunos años. Se trata de un club de índole local, que juega en Primera Preferente en Castilla La Mancha. No somos un club económicamente muy fuerte. Tenemos un patrocinador principal que es una de las fábricas del pueblo y vivimos de lo que nos aporta y lo que también nos pueden ofrecer las instituciones locales. Pero es verdad que siempre hemos querido hacer de este club una manera de que las personas de otras nacionalidades que residen en España y en nuestro municipio se integren en el mismo. Creemos en el espíritu integrador del fútbol y lo hemos querido demostrar un montón de veces.
En nuestro pueblo se ha intensificado el número de personas que han venido desde otros países. Por suerte, somos un municipio que tiene bastante industria y eso hace que haya personas de otros lados que quieran venir aquí a trabajar. Buena parte de la población autóctona ya es mayor y está jubilada, así que, tal y como ocurre en otros pueblos y ciudades de España, necesitamos mano de obra. Eso hace que mucha gente joven haya venido aquí. Y muchas de esas personas se han interesado por poder jugar en el equipo de fútbol del pueblo, haciendo que sean muchos más los extranjeros que tengamos en la plantilla.
Desde la Federación de Fútbol de Castilla La Mancha nunca nos habían puesto problemas a la hora de inscribir a personas procedentes de otros países, pero la verdad es que, cuando presentamos los documentos de las nuevas personas procedentes del extranjero que querían jugar con nosotros, nos dijeron que existía un límite, que no podíamos tener a más de 10 jugadores de una nacionalidad diferente a la española en el equipo. La verdad es que el equipo podía seguir jugando con los jugadores que ya tenía, pero nosotros ya os he dicho que concebimos el fútbol como una manera de integrar a las personas de otras nacionalidades en nuestro municipio. Por tanto, queríamos hacer todo lo que fuera posible para que pudieran jugar con nosotros.
Cuando nos enteramos de que existía un límite con respecto al número de extranjeros que podíamos tener en el equipo y fuimos conscientes de que el número de personas de una nacionalidad diferente a la española con las que queríamos contar superaba ese límite, nos dimos cuenta de que teníamos la necesidad de agilizar el papeleo para que algunos de esos jugadores pasarán a tener la nacionalidad española de pleno derecho. Muchos de los que ya estaban reunían las condiciones para hacerlo según nos indicaron desde la Notaría Pérez Juan, así que empezamos a mover el asunto para intentar que todos pudieran contar parte de la plantilla sin que hubiera problemas al respecto.
Varios de los jugadores con los que contábamos adquirieron la nacionalidad española y nos liberamos del problema del que os estábamos hablando más arriba. Y la verdad es que eso nos permitió que todo el mundo tuviera cabida en el equipo y que pudiera jugar normalmente, con todo en regla. Es una estrategia que siempre nos ha ido bien: la gente se siente integrada rápidamente en el equipo y hay un buen ambiente en el vestuario, algo que hace que seamos un equipo siempre difícil de ganar y que está comprometido a la hora de asistir a entrenamientos y dar el máximo esfuerzo para conseguir buenos resultados. Eso nos permite que incluso seamos capaces de ganar a equipos que quizá por técnica y presupuesto nos pudieran superar.
Un asunto que deberían tener controlado todos los equipos
Todo lo que tenga que ver con extranjería y deportes debería tenerse estudiado desde el departamento legal de cualquier equipo o el servicio que dicha entidad haya elegido al respecto. El asunto que tiene que ver con los extracomunitarios, por ejemplo, es algo que siempre ha sido tenido en cuenta por los clubes de Primera división. En una noticia como la que os enlazamos, que fue publicada en El Periódico de España, se explicaba exactamente qué eran los jugadores extracomunitarios y cuántos podía tener cada equipo. Ha habido momentos en los que no cumplir con la normativa en este asunto ha implicado la pérdida de puntos en una competición liguera, la eliminación de una competición por eliminatorias o multas económicas.
En otro artículo, en este caso publicado en el diario La Razón, se comentan algunos de los casos de jugadores de fútbol de élite que, siendo originariamente de otros países, adquirieron la nacionalidad española y después llegaron a jugar incluso con la selección nacional. Uno de los últimos casos, que es el que da lugar a la noticia, es el caso de Le Normand. En la historia reciente de nuestro país, hay varios casos de este tipo. Diego Costa, Marcos Senna, Aymeric Laporte o Ansu Fati son algunos de ellos. Lamine Yamal se encuentra en una situación similar. Incluso, si echamos la vista atrás, podemos encontrar casos como los de Di Stefano, Puskas o Kubala.
Y lo mismo que ocurre en el fútbol, ocurre con otros deportes. En baloncesto, hemos visto casos como los de Lorenzo Brown, que fue uno de los pilares para que la selección absoluta masculina se llevara el título de campeona del Eurobasket en el año 2022. Es importante comprender que los tiempos han cambiado y que cualquier persona que haya pasado bastantes años de su vida en España pueda defender los colores de nuestro país aunque su ascendencia sea otra. Eso, a un país como el nuestro, solo nos ha traído alegrías y deberíamos estar orgullosos de ello porque, además, y tal y como ocurre en nuestro equipo, ayuda a que muchas personas se integren en nuestra sociedad, algo de lo que nos vamos a beneficiar todos y todas.
No hay nada más bonito que integrar a la gente en el lugar en el que vive a través del deporte. De hecho, es que ese es uno de los valores que va implícito al mundo del deporte como tal. En un mundo en el que a veces parece que usamos el deporte para descargar todo ese odio acumulado en otras facetas de la vida, es importante que se transmita el mensaje de que el deporte sirve para unir a las personas y para que todos aquellos que han tenido que salir de su lugar de residencia habitual hacia otro lugar empiecen a ver la ciudad o el país al que han ido a parar como su hogar. A fin de cuentas, esto es la humanidad y necesitamos que en este mundo se empiece a poner en práctica con urgencia.
Ojalá que ese objetivo lo podamos ver cumplido. Nosotros estamos poniendo nuestro granito de arena para que así sea, pero es evidente que no vamos a cambiar el orden mundial desde la Junta Directiva de un club que compite en una categoría regional de fútbol. Hace falta la implicación de todo el mundo y ha sido precisamente ese el motivo por el que he querido transmitiros esta historia. Ojalá que sirva para algo. Me sentiría afortunado de que así fuera.


